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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Damocles


Asesor de la corte de Dionisio el Viejo, tirano de Siracusa, que se celebra a lo largo de la historia, el legendario episodio de la espada de Damocles, que se convirtió en una expresión que significa un peligro inminente. Reportado por Cicerón en Tusculanae Disputationes, y otros clásicos, el evento se resume así:

Había una vez un rey llamado Dionisio de Siracusa monarca, la ciudad más rica de Sicilia. Vivía en un palacio lleno de refinamientos y cosas bellas, siempre atendido por una familia dispuesta a hacerlo a voluntad. Naturalmente, siendo ricos y poderosos, muchos siracusanos envidiaban la suerte del soberano y el que era de los mejores amigos de Dionisio, y con frecuencia le dijeron: - ¡Qué suerte! Usted tiene todo lo que desea.

Sólo puede ser el hombre más feliz del mundo! Dionisio estaba cansando de escuchar este tipo de conversación, y luego le propuso para ocupar su lugar para una sola noche, que fue aceptada fácilmente. Y luego, al día siguiente, fue llevado al palacio y todos los bienes creó lo puso sobre su cabeza la corona de oro. Se sentó a la mesa en la sala de banquetes y él se servía buena comida.

Nada se ha perdido cuando le plazca. Había buenos vinos, perfumes raros, hermosas flores y música maravillosa. Se recostó en los cojines suaves. Se sentía el hombre más feliz del mundo. Ocupado, por lo tanto el lugar del tirano, que recibe todos los honores correspondientes a la posición. En medio de su emoción, miró hacia arriba y vio, miedo de que clavado en el techo con sólo una línea, una enorme espada que pende sobre él. Probablemente, la sonrisa se escapó de sus labios y su rostro se puso pálido, le temblaban las manos, se olvidó de la comida, el vino, la música. La hoja brillaba, apuntando directamente a los ojos.

Estaba de pie, listo para correr, pero dejó de temblar que un movimiento repentino podría picar fina llovizna que causaría la espada caiga sobre. Dionisio explicó entonces que vio la espada cada día, siempre que cuelga sobre su cabeza, porque siempre existía la posibilidad de que alguien o algo del cable. Por ejemplo, uno de sus asesores sería celoso de su poder y tratar de matarlo, la gente podía difundir mentiras sobre el rey para jugar la gente en su contra, un reino vecino para tomar su trono etc.

Y tantas otras situaciones de riesgo que podría suceder. Para ser rey se necesita estar dispuesto a aceptar estos riesgos, llevar una vida llena de amenazas, y que si quería ejercer esta función, aunque sea por una noche, tuvo que soportar la presencia inquietante de la espada en todo el banquete. Al final de sus días, el consejero no regresó a la corte que desee cambiar de lugar con el rey, aunque sea por un momento.

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